Ana y Nacho, una boda atípicamente brillante
El pasado sábado 25 de julio tuvo lugar nuestra primera boda desde que tuvimos que cerrar nuestras puertas apresuradamente por culpa de un virus que nos confinó en nuestros hogares y nos hizo cautivos del miedo.
Hablamos de amor, de miedo, de rabia, pero sobre todo de ilusión. La boda de Ana y Nacho fue un paréntesis de esperanza en este huracán que nos lleva engullendo desde el pasado mes de marzo.
Sabíamos que tendríamos que esforzarnos al máximo, convertir lo atípico en normal y en esta ocasión más que nunca no podíamos confiar en la suerte.
Ana y Nacho, gracias por vuestra confianza.